viernes, 3 de febrero de 2017

La muerte tenía un precio: El Manco

       Mi película favorita del oeste es La muerte tenía un precio (1965). Dirigida por Sergio Leone, es una de las obras maestras del desprestigiado subgénero del spaghetti western (por ser la mayoría de estas películas de dirección y producción italianas) o simplemente western europeo, que convirtió durante los 60 y parte de los 70 a Almería en Texas, Nuevo México, Arizona y México. La muerte tenía un precio fue la segunda de la llamada "Trilogía del Dólar" junto con Por un puñado de dólares y El bueno, el feo y el malo, aunque en realidad no se trata de una trilogía porque el protagonista (Clint Eastwood), a pesar de vestir igual en las tres, no recibe el mismo nombre.


    A diferencia del western clásico norteamericano, el spaghetti se centró sobre todo en duelos, venganzas, tipos duros sin piedad, cazarrecompensas, escenarios de la frontera, revoluciones mexicanas... Sus protagonistas eran personajes sin escrúpulos, perlados de sudor y cigarrillo permanente en la comisura de los labios. 

   Si bien la trilogía de Leone fue un éxito a un lado y otro del Atlántico, el spaghetti acabaría creando películas repetitivas con argumentos repetitivos y de cada vez peor calidad. Por el contrario, las tres películas de Leone marcaron un antes y un después en el western europeo y americano e incluso en el cine a nivel mundial. 
   La muerte tenía un precio está llena de acción, venganza y escenas inolvidables como el robo del banco de El Paso o el emocionante duelo final. Todos los lugares del rodaje de la película se pueden visitar en la actualidad.
   Presentaré en primer lugar al protagonista: el Manco, interpretado por Clint Eastwood.


 Cazarrecompensas experimentado, pistolero solitario, nunca se separa de su cigarrillo ni de su poncho. A pesar de su apodo, conserva las dos manos, pero la derecha solamente la usa para disparar. Recorre el sur de EEUU en busca de soberbias recompensas. Todo el mundo le teme, salvo los borrachos y los niños.



   Su camino se cruza con el del coronel Douglas Mortimer (Lee Van Cleef). Ambos buscan al mismo hombre: el Indio, un terrible bandido por el que piden 10000 dólares. 



    Me hubiera gustado tener un poncho verde, pero Playmobil solamente ha sacado dos modelos: uno azul bastante simple de la época Famobil y uno naranja, más realista. He tenido que optar por el naranja a pesar del inconveniente de que no se le puede incluir el cinturón con las cartucheras:


    El sombrero plano corto me encanta, pero es una lástima no tenerlo en marrón, que es el del Manco. Tengo uno parecido, pero con el ala doblada, así que al final he optado por el negro. Siempre se podrá mejorar próximamente al adquirir más piezas.


   Y en primer plano como le gustaba rodar a Leone para las escenas clave.



        "Te has descuidado, viejo ¡Coronel, prueba con esta! ¡Indio, tú ya conoces el juego!"




2 comentarios:

  1. Hola, soy Tigrero jeje. No sé qué te gustaría más: que Playmobil fabricase directamente réplicas licenciadas de tus personajes favoritos o ese esfuerzo de ser tú el que se tiene que currar las réplicas.

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  2. Jajajaja pues es una cuestión interesante. Si tomo la priemra opción me ahorro mucho, pero pierde gracia quizá. Y si tomo la segunda opción hay que currárselo y comerse el coco.
    Gracias por tus comentarios

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